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Es la pérdida de firmeza de la piel debido a la relajación de los tejidos que la sostienen, el colágeno y la elastina. Se da con más frecuencia en la cara interna de los muslos y de los brazos, el abdomen y los glúteos.
Las causas por las que aparece son: el paso del tiempo, las proteínas que mantienen la piel firme van perdiendo eficacia con el paso de los años, la falta de elasticidad cutánea, exceso de grasa, los cambios reiterados de peso o el adelgazamiento brusco, mala alimentación, la falta de ejercicio y la exposición al sol en exceso.
Para retardar su aparición hay que tener en cuenta el estilo de vida que llevamos y reconocer cuáles son los hábitos que la están produciendo para actuar lo antes posible.
La flacidez corporal es uno de los signos más evidentes de que se está llevando una vida sedentaria.
Una alimentación excesiva en grasas, el sedentarismo y el tabaco, son hábitos que favorecen su aparición por lo que una dieta rica en proteínas, en fruta y en vegetales verdes, beber entre 1 y 2 litros de agua al día, dejar de fumar y realizar actividades físicas como caminar entre 30 y 60 minutos al día, montar en bicicleta, natación, abdominales, actividades que nos permitan dar firmeza a nuestra musculatura, nos ayudarán a combatirla.
El tratamiento médico-estético más apropiado para la flacidez es el ThermaLipo *. La radiofrecuencia no ablativa produce el calentamiento controlado de la dermis y del tejido subcutáneo preservando la epidermis del daño térmico.
La alta frecuencia conducida es un procedimiento de hipertermia (aumento de calor) por conversión de energía eléctrica en calor interno. El calor producido en el interior de los tejidos activa los mecanismos internos de la célula restableciendo su estado de equilibrio metabólico.
Sobre la flacidez actúa consiguiendo la contracción y tensado de los tejidos dañados, gracias a que la respuesta inflamatoria genera una migración de fibroblastos, y por tanto un deposito de tejido conjuntivo
Antes de someterse a un tratamiento hay que realizar una consulta con el médico especialista que, después de las exploraciones necesarias, recomendará el que hay que realizar, y si hay que seguir algún protocolo previo.
(*) Cada persona es única, por eso, cada tratamiento puede presentar resultados diferentes. Siempre es necesaria una valoración previa con el médico especialista para orientarle y explicarle los resultados que puede esperar